domingo, 28 de mayo de 2017

Todos los tontos tienen suerte.

Es precioso volver a sentir que podes ilusionarte de nuevo. Después de tantos palos. Después de tanta espina y tan poca rosa. Es increíble sentir cómo, después de tanto tiempo, unos brazos casi desconocidos te hacen sentir como en casa. Cómoda, libre. A veces me quedo como paralizada, mirando sus ojos, y siento que me queman en la boca (yenlamente) las ganas de decir te quiero. Y él sigue preguntándome qué pienso cuando pongo esa cara de tonta que tanto le hace sonreír.