miércoles, 25 de abril de 2012

éxtasis

Conozco personas que no desean cometer los mismos errores y buscan la iluminación para conseguirlo. Pero la luz conlleva la sombra, y de la misma manera que no puede haber sombra sin luz, tampoco puede existir amor sin su hermana, la desdicha. Creo que los ángeles envidian nuestros brazos, nuestros labios, el contacto de la piel, nuestra esencia física, los placeres y dolores con los cuales Dios se manifiesta a sí mismo en nosotros.
Puede entenderse como si fuera una romántica y que la vida no es así, sino más bien un pozo de soledad vacía, de violencia y de daño demoníaco. No lo sé. En realidad, yo también me siento sometida a emociones oscuras. Pero entonces elevo un poco la cabeza, trato de aflojar mi cadena, como un perro de Dios, recordando que vi en algunas ocasiones brillar esta Tierra, con su gente circundada de un halo, brillando con luz interior.
Pero, ¿que se yo?
Menos que el espacio existente entre las letras de este texto.
Lo que sé no puede ser dicho, y sin embargo llega a la misma rueda del espacio. ES mejor descansar. Es mejor prestar atención al silencio del corazón vibrante.

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