domingo, 10 de mayo de 2015

Cerezos en flor.

Durante unos días me había olvidado cuánto te extrañaba... a veces la distancia se vuelve insoportable, mis pensamientos van saltando de un lado a otro, sin ver principio, ni salida. Nadie dijo que esto iba a ser fácil, nos gusta apostar lo que tenemos, aún sabiendo que tal vez tropecemos con las mismas piedras que un día nos hicieron caer.
Después todo, de esta tormenta interminable, me quedo con las tardes de sol, con la guitarra debajo del brazo rasgueando deseos y sentimientos, mirándote como siempre, o como nunca, con los problemas huyendo a cualquier otra parte.
Perdón si esto no suena como quisieras, pero tenerte de nuevo enredándote entre mis latidos, hizo que vuelva a florecer la primavera en mi piel y el verano en mis sonrisas.

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