de ilusiones sentidas
o mimos para los sueños.
Esto va de mi interior,
de mi corazón y sus restos.
De tu recuerdo en una risa,
de mi sonrisa en tu cuerpo.
Del camino de tu espalda a la mía,
del desayuno de tenerte.
Del estado y la agonía de saber
que ya no hay nada más.
Ni versos,
ni latidos,
ni rimas.
.
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