lunes, 2 de octubre de 2017

Bajo la luz de los sueños.

Los primeros meses de este año han sido difíciles, en mi fuero interno sabía que debía tomar una decisión que me carcomía por dentro y sobrevolaba mi mente con demasiada frecuencia. Traté de retrasarla todo el tiempo que pude, para así hacer acopio de valor y seguir luchando. No quería quitarme la venda, no quería dejar de estar ciega, tenía demasiado miedo de aceptar la realidad, darme de golpe contra ella, miedo a precipitarme, a que duela, a provocar sufrimiento.
Supongo que al final, llegué al punto de inflexión, donde no puedo seguir simplemente como si nada. También debía pensar en mí, en este autoengaño, en este sentimiento que ya no me pertenece y que de continuar, me hubiese destruido por completo.
La querida culpa... y aunque duela, debemos aprender a convivir con el peso de nuestras decisiones. Pero ante tanto rechazo, tanto dolor, tanta espina y poca flor... mi único regalo, en forma de mínima de gratitud, por tanto amor recibido había llegado, aquel que derritio mi vida desde el primer momento que escuche sus latidos... y estaba ahí desvaneciéndose, muriendo, huyendo para siempre de mí.
Quiero creer que esta vida traerá más y mejores oportunidades... y que a pesar del desenlace que resulte, deseo con todas mis fuerzas que estos sentimientos queden grabados para siempre en un pequeño rincón de tu corazón.
Un sueño de luz, como un nuevo amanecer, no pasará al olvido... mi sueño de ayer, mi sueño de hoy.






Yo me llevo la esperanza de que así será.

No hay comentarios:

Publicar un comentario