domingo, 15 de enero de 2012

filosofías de una tarde de enero

Creo que tengo que dar razón a aquel filosofo cuando dijo que este tiempo era cíclico. De alguna u otra forma , las situaciones y las personas se van repitiendo a lo largo de nuestra vida. Caras y personalidades diferentes , lugares distintos, pero siempre unidos por un mismo patrón. E inexplicablemente , aun habiéndonos enfrentado ya a ellas, habiéndonos caído y destrozado las manos, volvemos a sentir miedo.
Sin embargo, hay algo que no diferencia de aquellos ''nosotros mismos'' de entonces. La inexperiencia, el no habernos enfrentado a algo parecido, no hace caer desde más alto. Ahora caminamos pisando el suelo, somos más fuertes, mucho más, y sabemos diferenciar los caminos, las respuestas correctas, no anteponemos ante posibles caídas, y sabemos evitarlas.
El único problema que le veo es eso, evitarlas.. arriesgamos menos, guardamos las distancias. Lo racional seria pensar, que eso es lo correcto, que si ya sabemos que podemos sufrir, ¿para qué tropezar con la misma piedra? pero es entonces cuando surgen algunas dudas.. ¿y si ?... ¿qué hubiese pasado?... ¿sería diferente?..
Entonces volvemos estar frente al mismo acantilado, debatiendo si saltar o no. Sabemos que el tiempo cura las heridas, y que el dolor es un estado que no se recuerda con tanta intensidad como la alegría. Creemos que podemos ser capaces de superar cualquier cosa, porque si lo hemos hecho una vez, por que no poder superarlo de nuevo ?
¿qué es realmente lo que nos frena? ¿qué es lo que hace que veamos la vida desde una perspectiva más segura?

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