Y desapareces,
incluso cuando lo que más deseas
es quedarte para siempre.
Y desapareces,
esperando que el tiempo cierre las heridas,
sin saber que no es el olvido,
sino la aceptación,
lo que hace que sigas adelante.
Y desapareces,
sin irte del todo,
con ese finisimo hilo,
que se mantiene atado a tu ventana,
esperando que un golpe de viento,
lo rompa del todo,
sabiendo que
en realidad,
no querés irte,
ni esa persona,
que desaparezcas del todo.
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